Si la vida te da limones, haz limonada.

Este adagio me es muy familiar. Desde pequeña mi mamá siempre optimista lo repetía y sin saber mucho lo que significaba yo también comencé a repetirlo. Y es que la expresión “si la vida te da limones” es mucho más que un dicho popular; es una filosofía de vida que invita a transformar las adversidades en oportunidades.

Son varias las maneras de analizar esta simple frase que guarda tanto consigo. Algunos pueden reconocerla entre las “si la vida te da limones frases” que inspiran a ver el vaso medio lleno en lugar de medio vacío.

Tal vez estés de acuerdo conmigo que los limones, al ser en su mayoría ácidos (porque en Dominicana hay limones dulces) representan lo no tan bueno que nos sucede. Lo ácido y lo amargo metafóricamente se asocian a aquello que en nuestra vida no es placentero; aquello que no ocurre como esperamos. Pero cuando la vida te presenta estos desafíos, es el momento de recordar “cuando la vida te da limones,” y buscar maneras creativas de convertir esas experiencias en algo positivo.

Hace años adopte como parte de mi manera de pensar que todo lo que me sucede, ocurre para mi bien y que de ello puedo aprender. No fue fácil incorporarlo, pues debía dejar a un lado la queja y la culpa. Sin embargo, trabajando intencionalmente en ello cada día, me siento más liberada y confiada. Es una manifestación práctica del dicho “si la vida te da limones, haz limonada.”

Volviendo a la frase, podemos interpretar en ella un lado positivo de ver la vida. Un lado donde no importa lo que nos esté pasando, siempre podemos hacer algo bueno de eso. Y así, amigo/a mía, ayudamos a la vida a pesar menos, a esperar lo mejor y a crecernos ante la adversidad. Muchos se preguntarán “qué significa si la vida te da limones, haz limonada,” y la respuesta es simple: es aprender a transformar las dificultades en beneficios.

Hoy quiero que hagamos juntos una sabrosa limonada y encontremos tres maneras de apartar lo ácido y amargo de nuestra vida, ¿qué te parece?

Lo primero que nos puede ayudar es el agradecimiento. Cuando despiertas agradecido por lo que tienes, sin importar cuán poco o mucho sea, vibras en frecuencia de abundancia. La gratitud ayuda a disolver todo lo que tienes dentro de ti, que se resiste a estar bien con lo que tienes en ese momento. Que estemos vivos y respirando es milagroso, agradece y atraerás a tu vida más de lo que piensas, solo con agradecer. Ahora bien, no es agradecer y quejarte después. Es mantener en armonía tu cuerpo espiritual, físico y emocional, porque esa satisfacción genuina se transformará en plenitud.

El segundo ingrediente de nuestra limonada es el perdón. Perdonar es más importante de lo que a veces asumimos. Es liberar la ira, la culpa, la condena a un plano donde no cause más estragos. Perdonar nos hace libres a todos los involucrados. Perdonar es paz que se lleva como corriente de agua todo lo lacerante de nuestro sentir.

Y cuando no sentimos agradecidos y liberados, entonces podemos agregar el tercer ingrediente, el que nos va a permitir ver el lado bueno de la vida, este es el optimismo. Recuerda que no es lo que te pasa, sino lo que tú haces con lo que te pasa lo que hace la diferencia. Y es una cuestión de actitud que solo tú puedes elegir. Es, yo diría, un poco más; es una filosofía de vida. Una estrategia aliada para, sin detenernos en el dolor y el sufrimiento de lo que nos sucede, avanzar hacia el próximo paso. Es una estrategia poderosa para mantenerte en movimiento hacia lo que sí quieres.

Así que tú decides si saborear los limones o hacer tu exquisita limonada, y además cuán dulce será. Todo es tu decisión. Siéntete inspirada y confiada de que sí puedes y que puedes comenzar aquí, ahora mismo si así lo deseas. Al fin y al cabo, “si la vida te da limones,” tú tienes el poder de decidir qué hacer con ellos.

Comments

  1. Bartolo Morera

    ¡Si la vida te da limones, haz limonada! Pero ¿qué tal si quiero hacer una piña colada? 🍹🍋

  2. Tecla Julia

    ¿Y si no me gustan las limonadas? ¿Puedo hacer otra cosa con los limones?

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