¿Por qué mis metas no se cumplen?
Ya estamos a mitad de año y es posible que sean muchas las metas que aún no hayas logrado. Le has puesto esfuerzo, tiempo y dedicación; sin embargo, te sientes desfraudado/a porque no sabes por qué no logras tus objetivos. Lo sé porque muchas veces he estado justo ahí, con mis sueños palpitando sin saber qué me impide alcanzarlos.
Con el tiempo descubrí que a veces cometía errores al establecer mis metas que bloqueaban el camino aún sin estar consciente de ello. Es posible que tú estés pasando por eso justo ahora y a continuación quiero compartir contigo tres errores que entendí no permitían que las metas se cumplan, y cómo al redefinir el enfoque, mis metas contigo y conmigo mismo pueden convertirse en una realidad tangible.
Nos trazamos una meta sobre la base de lo que podemos hacer.
Cuando nos trazamos una meta desde nuestra zona de confort, contando con nuestros conocimientos y habilidades actuales, no existe ninguna inspiración. Es necesario estar inspirado para alcanzar la meta porque si esta no genera interés y entusiasmo, es posible que no estés dispuesto a pagar el precio.
Es crucial recordar que las metas se cumplen cuando nos atrevemos a salir de nuestra zona de confort y nos desafiamos a nosotros mismos para crecer y evolucionar. A veces, es necesario establecer metas que nos asusten un poco y que requieran de nosotros aprender cosas nuevas, y aquí es donde “mis metas contigo” cobran un sentido especial, ya que pueden ser metas compartidas que buscamos alcanzar juntos, fortaleciendo nuestra colaboración y compromiso mutuo.
Necesitamos saber cómo vamos a hacer las cosas antes de empezar.
Me relaciono mucho con este impedimento porque durante años pretendía ser experta en algo para comenzarlo, sin entender que no sabemos hacer absolutamente nada hasta que lo hacemos. Solo tomando acción, haciendo las cosas una y otra vez aprenderás. Puedes tener toda la teoría del universo, pero solo la práctica te permitirá desarrollar las habilidades y entender el cómo.
Nos aferramos emocionalmente al plan en vez de a la meta.
Es más probable que una meta se haga realidad si tienes un plan de acción diseñado para eso. Ahora bien, el problema es que nos aferramos al plan y no somos capaces de adaptarnos en el camino; cuando las cosas no suceden como esperamos nos frustramos y terminamos ajustando la meta para cumplir el plan. Porque el apego emocional al plan no nos permite cambiarlo o modificarlo para cumplir la meta.
La mayoría de las personas están programadas para renunciar a la meta y es mucho más fácil hacerlo cuando la meta no te inspira, cuando no sabes cómo hacerlo y cuando estás apegado al plan, no a la meta. Pero recuerda que las metas valiosas, como mis metas contigo, merecen la flexibilidad y la capacidad de adaptación para superar los obstáculos que se presenten en el camino.
Te invito a que te tomes un tiempo y reflexiones en tus metas de este año, si alguno de estos errores están impidiendo que avances. Ten presente que estás a tiempo para reajustar y continuar luchando por lo que deseas. Crea, cambia y aprende, pero nunca te rindas. Con una mentalidad abierta y la disposición para adaptarte, pronto te encontrarás celebrando porque las metas se cumplen, una tras otra, en tu viaje hacia el éxito y la realización personal.
¡No estoy de acuerdo! A veces, es mejor lanzarse sin un plan y ver qué sucede.
¡No hay metas imposibles! Solo necesitamos más confianza y menos planificación. ¡A volar sin alas! 🚀✨
“¿Y si nuestras metas no se cumplen porque en realidad no queremos que se cumplan? 🤔”