Empoderando a mamá para comprender mejor a sus hijos

Ser madre es maravilloso, apasionante y divino. El sentimiento materno no se compara, sin embargo no existe un manual que nos indique cómo ser una madre ideal.

En nuestros días son muchas las madres que se preocupan pues no logran entender a sus hijos y se sienten frustradas ante tanta exigencia e incomprensión.

Hoy pretendo que entiendas que lo primero es aceptarte tal como eres. La madre ideal eres tú. Es cierto que no eres perfecta, pero con tus defectos y virtudes, así como te entregas y quieres a los demás, mereces ser querida y respetada tal como eres. Luego puedes armarte de recursos que te permitan conocerte mejor y sobre todo, conocer a tus hijos.

Te compartiré tres aspectos que al tomarlos en cuenta no sólo me liberé de una carga, sino que he logrado que mi relación con mis hijos sea a otro nivel.

En Programación Neurolingüística aprendí que cada persona percibe el mundo de manera diferente y tus hijos no son la excepción. Ellos han creado sus creencias en base a lo que les han dicho, lo que han visto y experimentado desde pequeños. Cada familiar, maestro e incluso los medios de comunicación tienen un efecto directo en la programación de las creencias de tus hijos. Estas creencias van a determinar sus pensamientos, sus emociones y sus conductas. ¿Qué podemos hacer las madres?

1. Como madre tienes influencia y puedes programar la mente de tus hijos reforzando todo lo bueno que ellos hacen, no es que pasemos por alto lo incorrecto; me refiero a que prestes atención a lo que tus hijos hagan bien y hazlos sentir que están haciendo lo correcto y que tú lo valoras. Un recurso que puedes tener como aliado es la edificación y el reconocimiento. Si logras que se sientan reconocidos por ti, cada vez más querrán hacer lo correcto porque sabrán que tú estarás orgullosa.
2. Instala nuevas creencias en tus hijos. Te sugiero que centres tus conversaciones en lo que sí quieres. A la hora de conversar olvida la crítica y la condena. Empodéralos con creencias positivas: (tú si puedes, todo sucede para bien, aprende de todo lo que te suceda, se responsable de tus actos).
3. “Lo que siembras cosechas”. Debes cuidar lo que le dices a tus hijos y sobre todo cómo hablas de ellos con los demás. Tú eres su referencia y las palabras no se las lleva el viento, las personas se harán criterios y juicios que tú prefieres evitar de manera consciente. Cada ser humano es diferente, pero todos somos buenos en algo específico y ese talento de tu hijo los demás deben reconocer.

El mundo cambia a gran velocidad, pero aún somos de carne y hueso y a todos nos gusta sentirnos amados. No dudes en hacérselo saber a tus hijos; no con acciones ni regalos, por supuesto que eso les agradará, pero una palabra de amor que salga de tu corazón de madre, créeme que será más que suficiente para ellos. “Sólo el amor engendra la maravilla”.